miércoles, 27 de noviembre de 2013

Las croquetas de Sofía

Esta semana toca entrega doble gracias a nuestra primera colaboradora, Sofía. Nos ha mandado una receta de croquetas de sobras de cocido que tiene una pintaza increíble. Ahí os la dejo:






Necesitaremos los siguientes ingredientes: 

  • Restos de la carne del cocido (pollo, gallina, morcillo de ternera y jamón)
  • Algún garbanzo que quede por ahí despistado del cocido
  • Restos del boniato del cocido
  • Media cebolla
  • 4 cucharadas soperas de harina
  • Unos 700 ml de leche
  • Aceite de oliva 
  • Pan rallado
  • Huevo
  • Sal (si te gusta la comida muy sabrosa. Sofía no le puso y le quedaron muy sabrosas)


Lo primero que tenemos que hacer es desmenuzar la carne del cocido que vamos a utilizar para hacer las croquetas. En este caso Sofía ha utilizado pollo, morcillo, gallina y jamón. A esta mezcla le incorporamos los restos de garbanzos y boniato que nos hayan quedado del cocido. Reservamos la mezcla. 

Mientras cortamos la media cebolla en trozos pequeños y, en una sartén grande con un chorro generoso de aceite de oliva, la pocharemos. Lo haremos a fuego medio hasta que se ponga doradita. En este momento añadiremos la mezcla anterior a la sartén y lo mezclaremos todo bien. 

Ahora empieza el momento crucial de las croquetas. A la mezcla anterior iremos echando las cuatro cucharadas soperas de harina, poco a poco, mientras que vamos removiendo muy bien. El secreto de las croquetas es remover y remover, con mucha paciencia y "haciendo" muñeca. Así que armaos de paciencia que luego lo agradeceréis.

Cuando la mezcla anterior haya quedado homogénea, iremos incorporando la leche poco a poco. De inicio, Sofía incorporó medio litro de leche y luego fue añadiendo el resto según se lo pedía la mezcla, eliminando los grumos. Y ahora, a seguir removiendo y removiendo y removiendo...




Y removiendo y removiendo...Así hasta que la masa se vaya quedando compacta y se pueda separar con facilidad de las paredes de la sartén. Cuando la masa quede suficientemente compacta, se echa en una bandeja grande de cristal (o cacharro similar que tengáis por casa) y se deja enfriar. 

Cuando la masa esté fría, introduciremos la bandeja en el frigorífico y dejaremos que la mezcla repose hasta el día siguiente.  

Al día siguiente recuperaremos la mezcla y comenzaremos a hacer las bolitas. Para eso usaremos una cuchara sopera, con la que iremos cogiendo la mezcla de la bandeja. A Sofía, como buena cirujana, le gusta "mancharse", así que prefiere hacer las bolitas con las manos. Usa la cuchara sopera para coger siempre la misma cantidad de masa, y luego la moldea con los dedos. 

Una vez que hayamos convertido toda la mezcla en bolitas, hay que empanarlas. Para ello, Sofía utilizó la combinación pan-huevo-pan. Para eso, en un bol batimos un huevo y, en un plato mediano, ponemos pan rallado. Pasaremos la bolita por el pan rallado, la meteremos después en el bol con huevo, y la volvemos a pasar por el pan rallado. Este último paso por el pan lo haremos de manera que quede bien compactada la croqueta, para que al freírla no se deshaga. 

Iremos poniendo las croquetas en  una bandeja y, cuando hayamos terminado con todas las croquetas, es momento de empezar a freírlas. Y ale, a disfrutar de las croquetas de Sofía. Por supuesto, las croquetas que no queramos freír en ese momento, las podemos guardar para congelar y así disfrutaremos de ellas otro día más. 

Y ya por último, os dejo un consejo que Sofía heredó de su padre y que es muy útil: mientras que vamos cocinando y ensuciando todos los cacharros que tenemos en la cocina, los vamos limpiando y así, al terminar el plato, ¡no queda nada más que disfrutar!. 




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