Vamos a necesitar:
- un pollo
- sal de ajo o sal "normal", mezcla de pimientas, tomillo
- vino blanco
- cinco cabezas de ajos
A media mañana nos acordaremos de sacar el pollo del frigorífico para que vaya templando un poco. Este pollo que hemos usado es de dos kilos y medio. Los tiempos que vamos a dar son para un pollo de este tamaño así que si vuestro pollo es más chico o más grande, tendréis que disminuir o aumentar los tiempos.
Pondremos a precalentar el horno a 200 grados. Mientras, colocaremos el pollo en un recipiente apto para el horno. Le pondremos una cabeza de ajo en distintos sitios: debajo de las alas, entre los muslos, en el interior del pollo...donde veáis que puede quedarse sujeto e ir soltando jugo.
Vamos a preparar el mezcladito de especias. Pondremos sal de ajo (sal sin más si no tenemos), el tomillo y la mezcla de pimientas en un bol. Con esta mezcla vamos a embadurnar el pollo. Las especias tienen que entrar bien en la carne del pollo, así que tendremos que masajearlo. Lo masajearemos con esta mezcla por todos los lados y por el interior, hasta donde lleguemos con las manos.
Ya está preparado el pollo para meterlo en el horno. Bajaremos el horno a 200 grados y pondremos el pollo de costado. Vamos a mantenerlo en esta posición unos veinte minutos.
Mientras, a la mezcla de especias que nos haya sobrado, le añadiremos vino blanco. Si no nos ha sobrado nada, haremos la misma mezcla con la que hemos embadurnado el pollo y le añadiremos vino blanco. Con esta mezcla iremos salseando el pollo en los momentos necesarios para que no se quede seco.
Cuando transcurran los veinte minutos, se saca el pollo del horno, se aprovecha para salsear con la mezcla de especias y vino blanco que hemos preparado, y se pone del otro costado.
Se mantiene en el horno de este otro lado otros veinte minutos.
Mientras vamos a ir cortando las patatas. Pelaremos las patatas y las cortaremos en láminas de grosor de un euro. Vamos a ponerles las mismas especias que al pollo.
Cuando hayan pasado los segundos veinte minutos del pollo, lo sacaremos del horno, aprovecharemos para meter las patatas en un recipiente apto para el horno, y colocaremos el pollo de espaldas. También podemos poner las patatas debajo del pollo aprovechando este momento. A mí me gusta más así porque las patatas van cogiendo el jugo que suelta el pollo y eso les da mucho más sabor.
Aprovechamos este momento para volver a salsear el pollo con la mezcla que hemos preparado.
Mantendremos el pollo de espaldas en el horno otros veinte minutos. Cuando transcurra este tiempo, abriremos para volver a salsear y pondremos el pollo "de cara" a nosotros, es decir, le daremos al pollo una vuelta de 180 grados.
Vamos a mantenerlo en el horno unos quince minutos en esta posición pero tendremos que bajar la temperatura a 180 grados.
Cuando pasen los quince minutos sacaremos el pollo del horno y lo apagaremos.
En este momento, vamos a poner el pollo con la cabeza hacia abajo para no perder nada de los jugos que pueda soltar.
Mientras el pollo reposa, vamos a preparar las salsa. Cogeremos el jugo que ha dejado el pollo en el recipiente durante el tiempo que ha pasado en el horno y lo colaremos para no encontrarnos con los trozos de tomillo y las bolitas de pimienta. La pondremos en un cazo y la dejaremos reducir unos siete minutos.
A los siete minutos ya podremos servir el pollo. Pondremos una cama de patatas en el fondo del plato y encima el pollo. Yo prefiero poner la salsa en una salsera y que cada uno se sirva lo que quiera en su plato.
Os prometo que es una receta de pollo asado espectacular. ¡A ver qué tal os sale!
Resumiendo los tiempos del horno:
- veinte minutos de un costado a 200 grados
- veinte minutos del otro costado a 200 grados
- veinte minutos de espaldas a 200 grados
- 15 minutos de cara a 180 grados
- 7 minutos reposando
- Receta para cuatro personas
- Tiempo de preparación: una hora y media
- Dificultad: baja
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