Una recetita de cuchara que nos va a entonar el cuerpo, lo cual viene fenomenal con el tiempo que está haciendo últimamente. A mi me encantan los platos de cuchara; son fáciles de hacer, sanos y te resuelven fenomenal una comida.
Necesitaremos:
- un vaso de garbanzos
- costillas (diez o doce trozos)
- un par de trozos o tres de espinazo
- dos dientes de ajo
- una cebolla
- medio pimiento rojo
- un pimiento verde
- dos tomates
- sal
- comino
- laurel
Los garbanzos debemos dejarlos en remojo la noche anterior en agua templada con sal, de modo que los garbanzos estén suficientemente cubiertos. Es importante porque durante la noche los garbanzos aumentarán casi el doble su tamaño.
Al día siguiente los pondremos a cocer en agua con sal, un par de hojas de laurel y dos o tres bolitas de comino en una olla a fuego medio. Es mejor que utilicemos desde el inicio la olla exprés porque después vamos a necesitar cerrarla para tardar menos en cocinar los garbanzos. Para la medida de un vaso de garbanzos utilizaremos unos 750 mililitros de agua.
Mientras los garbanzos se van "calentando", vamos a preparar el sofrito y las costillas. Por un lado vamos a sofreir las costillas. Les quitaremos el exceso de grasa si no nos las han dado bien limpias en la carnicería. Pondremos un chorrito de aceite de oliva en una sartén y las doraremos. Con dos o tres minutos por cada lado, bastará pero depende del grosor de las costillas. Y no es necesario mucha aceite tampoco.
Además de las costillas hemos utilizado huesos de espinazo, que le dan muchísimo sabor a los garbanzos. Como los trozos de espinazo son más gordos que las costillas, los mantendremos durante más tiempo en la sartén, hasta que estén doraditos por todos los lados.
Una vez que hayamos terminado con este paso reservaremos las costillas, y los trozos de espinazo los incorporaremos a los garbanzos que se están cociendo para que vayan cogiendo el sabor.
Y nos pondremos con la base de verduras. Troceamos los dos dientes de ajo, la cebolla, el medio pimiento rojo y el pimiento verde y haremos un sofrito en la misma sartén en la que hemos dorado las costillas, utilizando el mismo aceite. Ya sabéis, ponéis los dientes de ajo en la sartén con un chorro de aceite de oliva y, cuando estén dorados, le incorporáis la cebolla y los pimientos. Dejamos que se cocinen a fuego medio durante unos quince minutos más o menos. Nos daremos cuenta de que está hecho el sofrito cuando la cebolla esté transparente.
Mientras se cocina el sofrito vamos a preparar los dos tomates. Los escaldaremos en agua para que se pelen con mayor facilidad. Cuando estén fríos los pelaremos y los pasaremos por la batidora. Incorporaremos los dos tomates al sofrito y lo dejaremos todo un par de minutos haciendo chop chop. Al incorporar el tomate añadiremos una pizca de azúcar para contrarrestar la acidez del tomate. Cuando hayan pasado el par de minutos añadimos un chorro de vino blanco y dejaremos que se evapore el alcohol.
Después incorporaremos este sofrito de verduras a la olla en la que están cociéndose los garbanzos, añadimos las costillas y cerramos la olla. Como los garbanzos llevan ya unos treinta o cuarenta minutos cocinándose con la olla abierta, serán suficientes veinte minutos en la olla exprés para que queden cremosos.
Cuando hayan pasado los veinte minutos abriremos la olla y espolvorearemos con pimentón de la Vera picante. Dejamos la olla con la tapa abierta a fuego medio durante unos diez minutos y dejamos reposar antes de servir.
- Tiempo de preparación: una hora y media
- Receta para cuatro personas
- Dificultad: media
No te puedo seguir el ritmo, veci. Demasiado tiempo de cocina para sólo un ratito en la boca :-P
ResponderEliminarEso sí, pintaza, pintaza... ¡garbanzos forever!
Besotes.